Su padre, Léopard Magritte, era comerciante y, a menudo, la familia se ve obligada a mudarse: en 1910 están en Châtelet. Aquí, a la edad de trece años, Magritte experimenta un shock que lo acompañará toda su vida: ve el cuerpo de su madre, que se suicidó, envuelto en un camisón, envuelto alrededor de su cabeza, recuperado del río Sambre. Este hecho quedará particularmente impreso en algunas pinturas, como "L'histoire centrale" y "Les amantse".
Con su padre y dos hermanos se trasladó de nuevo, esta vez a Charleroi, para alejar el dolor de la tragedia. Tras sus estudios clásicos, Magritte dirige su interés a la pintura. En 1916 se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Bruselas, donde la familia se trasladó dos años después.
Comienza a interesarse por la investigación futurista, conocida a través de Pierre Floquet; en 1919 expuso - en la Galerie Giroux - "Trois Femmes", su primer lienzo.
Se casó con Georgette Berger en 1922, conocida desde los quince años. Vende su primer cuadro al año siguiente: se trata del retrato de la cantante Evelyn Brélin. Mientras tanto, comenzó a trabajar como diseñador gráfico, principalmente en el diseño de papel tapiz.
Sus inicios como pintor se mueven dentro de las vanguardias del siglo XX, asimilando influencias del cubismo y el futurismo. Según afirma él mismo en uno de sus escritos, el punto de inflexión surrealista se produjo con el descubrimiento de la obra de Giorgio De Chirico.