En un mundo cada vez más digitalizado, las videollamadas se han convertido en una herramienta
común para la comunicación y la interacción. Sin embargo, el cartel plantea la pregunta crucial: ¿estas
interacciones virtuales realmente nos conectan o simplemente nos mantienen a distancia?
La metáfora
de la "ventana" sugiere que las videollamadas proporcionan una visión limitada de las personas y las
situaciones, como si estuviéramos observando desde el exterior. Pero la verdadera conexión, la autenticidad
y la profundidad, a menudo requieren más que solo mirar a través de una pantalla. ¿Dónde está la "puerta a
la autenticidad"? ¿Cómo podemos trascender las barreras virtuales para establecer conexiones significativas
y genuinas?
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