En la cuarentena de 2020, la transición a los exámenes online trajo consigo un desafío ético: la facilidad de copiar.

Mientras las cámaras observaban nuestras aulas virtuales, la verdadera prueba de carácter estaba en la pantalla de cada estudiante. Recordemos que el conocimiento auténtico no se encuentra en el atajo de las notas escondidas, sino en el esfuerzo y la dedicación.

La integridad académica es tan crucial como la adaptación a la tecnología, y juntos construimos un entorno de aprendizaje basado en la honestidad y el respeto.

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