Durante décadas, la Rambla Just Oliveras ha sido mucho más que una calle: ha sido el alma del barrio. Lugar de encuentro, de paseos bajo los árboles, de mercados, manifestaciones y fiestas populares. Aquí se cruzaban las historias de generaciones enteras, desde los carros tirados por caballos hasta los primeros tranvías. La Rambla ha visto crecer a L’Hospitalet y sigue siendo un símbolo vivo de identidad, memoria y comunidad.
Un paseo por Las Ramblas, allá por los años 60... Qué tiempos aquellos, cuando salíamos bien vestidas, del brazo, sin prisas y con toda la vida por delante. Las risas, las confidencias, los sueños compartidos... Esta imagen es un pedacito de mi alma, un recuerdo imborrable que sigue tan vivo como el primer día.
Bajo estas sombras crecimos, jugamos y nos sentamos a charlar con los vecinos. Esta foto nos devuelve a un tiempo donde todo era más tranquilo, y el barrio se vivía más a pie de calle.
Así lucía nuestra querida Rambla cuando apenas comenzaba a tomar forma. Árboles recién plantados, caminos de tierra y vecinos con sus carros de trabajo. ¡Cuántos recuerdos de los abuelos nos trae esta imagen!